FACILIUS EST ENIM CURRENTEM, UT AIUNT, INCITARE, QUAM COMMOVERE LANGUENTEM.
Es más fácil animar a aquel que corre que mover a aquel que está abandonado a la pereza.
(Cicerón, De oratore, 2, 44, 186)
Proviene contra la vanidad de exhortar al trabajo a quien lo está realizando.