ERITIS SICUT DEUS, SCIENTES BONUM ET MALUM.
Seréis como Dios: conocedores del bien y del mal.
(Génesis, 3, 5)
Una invitación a comprender los misterios de la naturaleza humana. Por otro lado también puede hablarnos sobre la arrogancia del hombre, que a veces juega a ponerse a la altura o querer superar a Dios.