DAVOS SUM, NON OEDIPUS.
Soy Davo, no Edipo.
(Terencio, Andria, 194)
Edipo era un personaje muy conocido por su habilidad para resolver enigmas y adivinanzas. Esta sentencia se puede citar cuando alguien espera mucho de nosotros o cuando se pretende que encontremos solución a algo complicado o difícil.