CAELUM NON ANIMUM MUTANT QUI TRANS MARE CURRUNT.
El cielo, y no la naturaleza, cambia a aquellos que atraviesan rápidamente el mar.
(Horacio, Épodos, 1, 11, 27)
Si quieres escapar de los propios problemas o de los propios defectos no funciona cambiar de lugar, sino de carácter.